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Primavera, verano, otoño, invierno...y primavera

Dirección y guión: Kim Ki-duk.
Países: Corea del Sur y Alemania.
Año: 2003.
Duración: 103 min.
Género: Drama.
Interpretación: Oh Young-soo (Monje viejo), Kim Jong-ho (Niño monje), Seo Jae-kyung (Chico monje), Kim Young-min (Joven monje), Kim Ki-duk (Monje adulto), Ha Yeo-jin (Chica), Kim Jung-young (Madre de la chica), Ji Dae-Han (Detective Ji), Choi Min (Choi).
Producción: Lee Seung-jae y Karl Baumgartner.
Música: Bark Jee-woong.
Fotografía: Baek Dong-hyun.
Montaje: Kim Ki-duk.
Dirección artística: Oh Sang-man.
Vestuario: Kim Min-hee.
Estreno en Corea del Sur: 19 Septiembre 2003.
Estreno en España: 10 Septiembre 2004.

Difícil es, tener plena conciencia, que no solo habitamos la naturaleza, sino que somos parte de ella. De un cosmos que obedece las grandes leyes de la vida y la muerte, del día y la noche, de la primavera, el verano, otoño, invierno y el continuo renacer del nuevo ciclo. Es la propuesta de esta maravillosa cinta de Kim Ki-Duk que nos presenta la relación de un maestro y su aprendiz a lo largo de cuatro significativos capítulos en sus vidas, representados en las estaciones de la naturaleza.

El error, el castigo, el dolor y el placer los encontramos como la huella natural de un camino de vida, como eslabones de una cadena de aprendizaje empírico, que incluso afecta la formación de un maestro budista.

La infantil travesura de amarrar piedritas a un pez, a una rana y a una serpiente por parte del pequeño Kim, es sancionada por el maestro de la misma manera. El pequeño tendrá que liberar de sus ataduras a los pequeños habitantes del bosque, arrastrando por si mismo, una pesada piedra que el maestro amarró en su espalda. Junto con el castigo, el maestro le asegura que si cualquiera de las criaturas muere "él llevará la piedra en su corazón para el resto de su vida".
Aquella dolorosa lección marcará la vida de Kim, quien no solo arrastrará una piedra en su corazón por aquella travesura, sino también por errores futuros mucho más graves.

Cuántas veces hemos cometido un error, grande o pequeño y hemos buscado el castigo, como imperiosa necesidad de ser sanados de aquella mala acción, dejando en los demás aquella tarea de limpieza espiritual. ¿Cuántas piedras arrastramos en nuestro corazón? Quizás muchas de ellas recibieron un castigo, un repudio o el perdón, pero éste no solo lo debemos a quienes hemos dañado, sino también a nosotros mismos y es aquella sincera acción, la que abre las puertas al verdadero aprendizaje.

Duel (El diablo sobre ruedas)

País: USA.
TITULO ORIGINAL:Duel (TV)
AÑO:1971
DURACIÓN:91 min.
DIRECTOR:Steven Spielberg
GUIÓN:Richard Matheson
MÚSICA:Billy Goldenberg
FOTOGRAFÍA:Jack Marta

REPARTO:Dennis Weaver, Tim Herbert, Lou Frizzell, Jacqueline Scott, Eddie Firestone, Lucille Benson, Gene Dynarski
PRODUCTORA:Universal Pictures

Esta es de aquellas películas que recuerdo en cine de trasnoche, cortada por millones de minutos de publicidad ochentera, que no consiguieron descuartizar una obra maestra. Recordarla no era difícil, no se puede buscar más argumento que el de un tipo perseguido por un camión asesino en medio del desierto californiano. Pues bien, resulta ser “Duel” o “El diablo sobre ruedas” para el habla hispana y aunque nunca me han gustado estas traducciones, que muchas veces resultan ser patéticas, en este caso se ajusta como anillo al dedo al film.
La cinta realizada como telefilme para la ABC, es una de las primeras producciones de Steven Spielberg y una de las más valoradas. De inmediato quedan plasmados los condimentos que el director estadounidense utilizaría en su carrera y que, en cierto modo, dir
igiría el cine durante las siguientes décadas.


No es mucho lo que se puede decir de esta película. David Mann (Dennis Weaver) viaja en una de aquellas carreteras olvidadas en medio del desierto californiano, rodeado de cerros con espinos, bolitas de paja, viejos postes de luz, mucho calor y detras de un toxico camión que comienza a amedrentar su tranquilo viaje.
No hay explicación para aquella obsesión asesina, tam
poco muchos medios para librarse en la mitad del desierto, de un astuto psicópata. Sin ayuda, sin contacto con el exterior, Mann tendrá que luchar con sus propios medios para poder librarse de un verdadero monstruo al volante de un oxidado camión.

Cuenta el mito, que Richard Matheson (autor del relato que inspiró la película) junto a un amigo, fueron acosados por un loco camionero en la mitad del desierto, lo que le inspiró a escribir el guion de Duel. La cinta fue presentada originalmente para la televisión con una duración de 71 minutos, pero debido a su éxito, Spielberg debió grabar nuevas escenas para poder llevarla a las salas de cine.


Sin duda cuando la vean, dirán “hey! De aquí sacó Tiburón…y de acá Encuentros en la tercera fase”, pues así es, incluso muchos directores usaron en el futuro a Duel como molde para sus producciones. Una verdadera joyita, al igual que el camión oxidado que un friki de St Louis lo compró, lo conserva y fotografía en mitad del desierto, quizás, en busca de su próxima victima.
He aqui: