Un excelente reparto y un interesante guión son completamente desaprovechados por Grant Heslov. Proyectos como The Men Who Stare at Goats necesitan de una mano aguda e irónica, como los hermanos Coen, que sepa alimentarnos de lo absurdo, pero que en ningún momento nos deje escapar a un happening insulso y sin sentido.
La película nos muestra la historia de un entrenamiento secreto de soldados estadounidenses capaces de enfrentar situaciones y al enemigo con solo el poder de la mente. Es el periodista Bob Wilton (McGregor) quien comienza a inmiscuirse en este misterioso programa apodado El ejercito de la Nueva Tierra, donde conocerá a Lyn Cassady (Clooney), un soldado que alguna vez perteneció al proyecto, destacando como uno de los mejor capacitados y que guiará a Wilton en una misión aparentemente sin sentido.
La constante manipulación a los Jedis (Star Wars) termina colmando la paciencia y es muy probable que a todo aquel que se interese por energías místicas o corporales solo encontrará en la cinta una serie de burlas de poco humor.
Resumiendo podría decirles que The Men Who Stare at Goats quedó como un muy buen proyecto, que contó con una excelente materia prima, pero que solo consigue aburrir al cabo de 15 minutos.