INICIO

Los hombres que miraban fijamente a las cabras

The Men Who Stare at Goats
AÑO 2009
DURACIÓN 93 min.
DIRECTOR Grant Heslov
GUIÓN Peter Straughan (Libro: Jon Ronson)
MÚSICA Rolfe Kent
FOTOGRAFÍA Robert Elswit
REPARTO George Clooney, Ewan McGregor, Kevin Spacey, Jeff Bridges, Robert Patrick, Rebecca Mader, Stephen Lang, Stephen Root, Nick Offerman, Tim Griffin, Waleed F. Zuaiter

¿Cómo poder definir una película como The Men Who Stare at Goats? Si quisiéramos encasillarla en una comedia el resultado no es el esperado y sin duda el espectador terminará hastiado a la mitad del film. Si quisiéramos una cinta que nos provocara de alguna forma en busca de segundas lecturas, ésta no es la indicada, y es que The Men Who Stare at Goats se diluye a los pocos minutos de iniciada y solo nos mantiene expectantes esperando que algún elemento reunifique y de sentido o sinsentido a lo que estamos viendo.

Un excelente reparto y un interesante guión son completamente desaprovechados por Grant Heslov. Proyectos como The Men Who Stare at Goats necesitan de una mano aguda e irónica, como los hermanos Coen, que sepa alimentarnos de lo absurdo, pero que en ningún momento nos deje escapar a un happening insulso y sin sentido.

La película nos muestra la historia de un entrenamiento secreto de soldados estadounidenses capaces de enfrentar situaciones y al enemigo con solo el poder de la mente. Es el periodista Bob Wilton (McGregor) quien comienza a inmiscuirse en este misterioso programa apodado El ejercito de la Nueva Tierra, donde conocerá a Lyn Cassady (Clooney), un soldado que alguna vez perteneció al proyecto, destacando como uno de los mejor capacitados y que guiará a Wilton en una misión aparentemente sin sentido.

La constante manipulación a los Jedis (Star Wars) termina colmando la paciencia y es muy probable que a todo aquel que se interese por energías místicas o corporales solo encontrará en la cinta una serie de burlas de poco humor.
Resumiendo podría decirles que The Men Who Stare at Goats quedó como un muy buen proyecto, que contó con una excelente materia prima, pero que solo consigue aburrir al cabo de 15 minutos.