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Fuga


3 obligaciones engañosas trae Fuga, película chilena recientemente estrenada que ha provocado una "guerra" entre quienes la aman y quienes la odian. Las tres obligaciones engañosas resultan odiosas debido al enorme bombardeo publicitario: Primero se ha dicho que esta película marca un antes y un después en el cine chileno, lo que considero un poncho tremendamente grande para la cinta. Se ha dicho además que si uno no se sensibiliza con la profundidad de la película no estuvo a la altura de sus altos contenidos, lo que considero una sucia amenaza hacia el espectador, todo esto debido a que "Fuga" según sus mismos creadores es una verdadera obra maestra.
Las buenas películas son buenas por si solas y no necesitan de la farándula, la millonaria campaña publicitaria y la intromisión en los medios de comunicación.

Se puede destacar el buen trabajo de fotografía y sonido, aunque estos no logran vestir bien un mal guión y la pobre dirección de Larraín.

Los cursos de cello y piano de Francisca Imboden, de dirección orquestal de Benjamín Vicuña y el arte de afinar pianos por parte de José Soza, no sirven de nada ante un paupérrimo trabajo actoral.

Alfredo Castro salva unos cuantos minutos gracias a su gran categoria de actor. Se nota un excelente trabajo de personificación y destaca notablemente dentro del lamentable mar de malas actuaciones.
La ministra de cultura Paulina Urrutia y su cuarteto de músicos caen en unas discusiones tan mal actuadas, que bordean lo ridículo, especialmente en el magro y evidente desenlace.
No me gustan las películas demasiado obvias, prefiero dejar cosas abiertas y que cada uno saque sus conclusiones, dice el director Pablo Larraín. Pues Fuga es justamente una de las películas más obvias del cine chileno, no hay que ver mas de 30 minutos para saber en que va a terminar la cursi historia.
Sin tanto anuncio y una chispa de modestia, es probable que Fuga haya sido acogida de mejor manera, como un buen experimento de un novato director.
No es una obra maestra, está lejos de serlo y no marca un antes ni un después en el cine chileno, salvo la gigantesca campaña publicitaria nunca antes vista.
Por último, si usted vio Fuga y no ha visto Shine (claro oscuro), vea esta última antes de comentar la cinta nacional.

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